sábado, 11 de enero de 2014

EL VIENTO ES FUERTE

El viento arrastra hojas, colillas, bolsas de nylon, envoltorios de golosinas.
El viento hace flamear banderas que, sin su fuerza, serían un hilito de color en la punta de un mástil.
El viento es lindo: por las noches de enero alivia el calor de todo un día.
Los árboles parecen hacer música cuando el viento los mece.
El silbido del viento por una hendija te hace acurrucar en las frazadas y conciliar mejor el sueño.
Por causa del viento vuelan globos, barriletes, burbujas…
El viento mueve también sonidos: nos acerca el cantar de las campanas, la bocina de un tren llegando, los acordes de un recital cercano.
El viento en la playa despeina y ensucia.
El viento a veces se hace brisa y te acaricia la mejilla con tu pelo, te eriza la piel desnuda, te hace merecer un abrazo de abrigo.
Pero el viento cuando se enoja vuela techos, arrasa casas, familias y ciudades causando destrucción y sufrimiento.
El viento también es tornado, es huracán, es sudestada… y vuelve a ser brisa.
Y te acaricia el alma.

(Marzo 2012)

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